¿Qué es Caracas Caos?
Fotografía: Erick Sandoval |
Caracas Caos nace en el año 2011 bajo la iniciativa de Anthony Salazar, motivado por la necesidad de tener un espacio donde compartir las fotografías que realizaba, pero también de socializar el hecho fotográfico, desde el enfoque de la fotografía de calle. Para el momento no existían proyectos similares. El paso de lo analógico a lo virtual nos dejaba ver que no existía una galería al alcance de todos; el material existente se encontraba en bibliotecas o era de acceso limitado. Desde el 2011 se comenzó a alimentar un archivo fotográfico, con perspectiva a la vida cotidiana. Fuimos alimentado nuestro archivo con invitaciones a fotógrafos que registraban la ciudad, fotografías de Caracas que encontrábamos en el flickr, y organizándolas en un grupo con el nombre de Caracas Caos. Eso llevó a la creación de un blog, proceso que generó un mejor orden y acceso al contenido que se estaba generando.
Durante estos años se han publicado más de 400 fotógrafos en la plataforma, y alrededor de 5000 fotografías. Existe una influencia importante a través de las redes sociales a una comunidad creciente de fotógrafos que ven en la calle su estadio de creación visual. Para el día de hoy es una plataforma que se concentra en el aporte a una cultura fotográfica propia, genuina y consciente del impacto social que genera la fotografía como documento; como radiografía de lo que somos. Apostamos a la independencia creativa, donde el lenguaje común sea el hecho fotográfico. Una de las principales referencias que ha tenido el proyecto desde su inicio es el trabajo de German Adolfo, y la colaboración de Ariane Madriz, quienes han participado con la creación de entrevistas y selecciones fotográficas.
El proyecto ha ido cambiando en el transcurso del tiempo: en un primer momento solo publicábamos fotografías de Caracas, y años después decidimos incluir fotografías de todo el territorio venezolano. En la actualidad, impulsados por la migración y por la necesidad de abrirnos a nuevas formas de observar, estamos comenzando a incluir fotógrafos de cualquier nacionalidad, lo que ha sido muy fructífero, permitiendo un acercamiento con la fotografía internacional.
Creemos que para que exista continuidad en una cultura tan relativamente nueva como es la de la fotografía de calle en Venezuela, es conveniente la inclusión activa de jóvenes que poseen interés en este arte, y es por eso que en el año 2022, a 11 años de la creación de la plataforma, contamos con la participación de Henry Solorzano y Camilo Peña. En colaboración directa con el proyecto, ellos están en un proceso de creación y aprendizaje.
Parte de los proyectos que tenemos al corto plazo es la socialización física de la fotografía a través de la tienda online, bajo la autogestión. Buscando las formas de hacer la fotografía un producto al consumo de las mayorías.
Colaboradores:
Anthony Salazar: fotógrafo venezolano independiente desde el año 2010. Desde su inicio registra la cotidianidad de Caracas en formato analógico y digital, incluyendo también los teléfonos inteligentes, caracterizándose en su trabajo las Parroquias Sucre (Catia) y 23 de Enero. Su conocimiento lo ha obtenido de forma autodidacta, pudiendo realizar durante estos 10 años muchos registros, con una perspectiva de “Diario Visual”, donde la cotidianidad de muchas ciudades y pueblos de Venezuela se ha podido documentar.
Pablo Camilo Peña Cabrera: fotógrafo caraqueño. Inicia su exploración del medio fotográfico en su adolescencia, acercándose a la fotografía como herramienta para documentar su familiaridad; posterior a ello, influenciado por Carlos Germán Rojas, en el año 2018 conceptualiza el proyecto "nichephoto", interesándose desde entonces en desarrollar narrativas arraigadas a sus vivencias y experiencias o con lo que se siente cercano.
Henry Solorzano: su contacto con la fotografía comienza directamente por su padre, quien trabajó como reportero gráfico durante largo tiempo y que actualmente sigue disfrutando de hacer fotografía. Fue en su adolescencia tardía donde empezó a hacer y asimilar la fotografía como un ejercicio de apreciación y observación; como un lúdico aprendizaje. Desde entonces su relación con la fotografía es una relación sin obligación.
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